Paracas, Perú VOLVER
Paracas designa a un hotel, muy probablemente el más tentador de toda la costa de Perú.
Paracas es, al mismo tiempo, el nombre de una playa, una
bahía, una cultura preincaica, una reserva natural y de un viento muy fuerte
que, esporádicamente, produce tormentas de arena en el desierto. Pero también
designa a un hotel, muy probablemente el más tentador de toda la costa de Perú.
El
Hotel Paracas, un Luxury Collection Resort, es una suerte de oasis de 120
habitaciones ubicado frente a la reserva natural que protege la profusión de
vida marina de la región. A su vez, es una base de operaciones inmejorable para
ir en busca
de los enigmáticos petroglifos conocidos como las Líneas de Nazca, solo una
de las muchas manifestaciones milenarias de las culturas que
precedieron,
en mucho tiempo, a los incas.? El
hotel exhibe un estilo moderno, de líneas racionales y elegantes,
acordes con el lujo
que lo distingue. Es un sitio en el que todo está pensado para maximizar el
placer. Las dos piscinas, el spa de casi 600?metros cuadrados, el muelle privado
desde donde parten embarcaciones exclusivas y frente al cual se pueden practicar deportes
como el kite surf.? Y
no es difícil tentarse con estas faenas, incluso si uno es un lego. Las
habitaciones que ofrecen sus ventanales hacia el mar invitan a disfrutar de ese
espacio al máximo. El hotel cuenta con 120 cuartos, que se organizan en villas
y bungalows ordenados entre jardines interiores y la costa. El bambú y la
madera predominan en la construcción, y contrastan con detalles de modernidad
como los docks para iPods o los televisores de LED de 37 pulgadas.
Estos
juegos de espejos con imágenes disímiles se repiten en diversos ambientes del
hotel. Como el bar lounge que se muestra moderno al mismo tiempo que se integra
con el paisaje salvaje de la costa. La gastronomía se divide aquí en dos
propuestas bien definidas. Sofisticados platos que llevan el mar Pacífico y las
tradiciones peruanas a la mesa en el restaurante Ballestas; y lo más clásico y
potente de la cocina italiana en la Trattoria.
Hay,
además, una propuesta que logra fusionar el placer de una buena comida con la
aventura que le da personalidad a Paracas. Tikariy es la empresa organizadora
de actividades para los huéspedes y entre sus programas se encuentran salidas
en camionetas 4x4 por las dunas de arena coronada por un picnic al atardecer,
en medio del desierto. Basta con haber seguido un poco el Rally Dakar del 2013
Para tener noción de la belleza del lugar. Tomando como base el hotel, hay
múltiples alternativas para vivir aventuras entre el mar y el desierto.
La
Reserva Nacional de Paracas es un área costera (terrestre y marítima) de
335.000 hectáreas. De Norte a Sur se extiende entre la Península de Paracas y
la punta de Morro Quemado, puntos entre los cuales se pueden encontrar playas
desiertas, monumentos naturales esculpidos por la naturaleza, puestas de sol
fantásticas y una gran variedad de vida silvestre.? Entre
aves migratorias y las que viven en la región todo el año se pueden avistar más
de 120 especies. Algunas son habituales residentes de las costas, como los
amencos y los pelícanos, pero otros sorprenden con su presencia; especialmente
el cóndor andino que baja a alimentarse de restos de lobos marinos. Es que
estas costas están pobladas también por lobos de mar, pin- güinos de Humboldt y
los gatos marinos o chingungos.
En la
reserva, además de zonas pobladas de fauna, hay amplias fajas de playa en las que
el mar calmo invita a bañarse. La presencia de buenos vientos durante varios
meses del año hacen del sitio una visita obligada para windsurfers, mientras
que algunas zonas como La Mina/El Raspón son ideales para bucear. En el
trayecto hacia cualquiera de estos parajes uno habrá de pasar junto a la
historia más antigua de Perú. Paracas, el nombre que designa a todo en la
región, remite a una de las culturas prehispánicas más creativas de Sudamérica.
Entre el siglo VI a.C. y los primeros años después de Cristo, los valles de
Chincha,
Pisco
e Ica vieron florecer una cultura que sorprende por el desarrollo textil, que
se pudo conocer a partir de la cantidad de piezas bordadas o tejidas que
arropan a más de 400 momias que se encontraron en la necrópolis de la península.
Y muy cerca de la reserva, la Pampa de Nasca con sus líneas misteriosas es un
imán tan atractivo que nadie en busca de huellas del pasado podrá dejar de
visitarlas. De hecho, solo basta con tomar un avión en la vecina Pisco para
dedicar una tarde a la contemplación de esos grabados gigantes. El éxtasis es
inmediato.
Fernando Bello Comparte tu opinión | Dejanos un comentario Se deja expresamente aclarado que los comentarios realizados en los espacios de participación del Sitio son de exclusiva responsabilidad de sus autores, pudiendo estos ser pasibles de sanciones legales. Perú Fiestas Patagónicas 2025
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